No podemos discutir la comodidad que ofrece un estudio casero. Libertad de horarios para trabajar en los momentos disponibles, y de tiempo para probar diferentes tomas o técnicas, son sólo dos factores sumamente importantes.
Más allá de esa comodidad, muchas veces pasamos por ciertas incomodidades que tienen que ver con los recursos disponibles para realizar una grabación. Los recursos no sólo tienen que ver con los equipos sino también con el espacio disponible.
Aunque alguien podría pensar que las limitaciones de espacio son propiedad de usuarios no profesionales, debo mencionar que algunos cantantes de primer nivel internacional también las sufren.
No todo pasa por el dinero a invertir. El estudio debe estar ubicado en un ambiente que ofrezca tranquilidad, y en donde nos encontremos cómodos; al fin de cuentas, estaremos varias horas dentro de ese lugar. Por esa razón, es posible que alguien se sienta a gusto en un determinado lugar que no admite reformas, por eso hay que aprender a solucionar los inconvenientes que pudieran presentarse.
Hoy nos concentraremos en algunos métodos para mejorar el monitoreo en el momento de grabar, dentro de la misma habitación donde se realiza la mezcla. Intentaremos dar respuesta favorable al pedido de ?más de mi voz? que nos hace el cantante; aunque podríamos aplicar lo mismo cuando grabamos cualquier otro sonido.
Que el músico ? nosotros u otra persona ? pueda escuchar del modo adecuado su interpretación, tiene un papel fundamental en los resultados que se lograrán. El modo adecuado no significa muy alto o muy bajo; simplemente significa lo mejor para la situación. Por ejemplo, si el monitor de la voz en los auriculares del cantante, se encuentra muy alto, es probable que éste se intimide y tienda a cantar despacio; por el contrario, si el volumen es demasiado bajo, es posible que se produzcan desafinaciones, o que el tiempo o interpretación sean deficientes por carecer de retorno.
Situación 1
Suponemos en este caso, la utilización de un preamplificador externo, y una mezcladora, además de una computadora corriendo un programa de grabación multipistas; una interfaz de audio con entradas para micrófonos/instrumentos; un micrófono o instrumento; un par de auriculares o audífonos, y un sistema de monitoreo de campo cercano (los monitores de campo cercano se utilizarán después de grabar; recordemos que estamos en la misma sala que el intérprete).
La amplia mayoría de los preamplificadores de micrófono utilizados en los estudios caseros ? al fin de cuentas estamos dentro de ese contexto ? poseen salidas en los formatos XLR (Canon) y plug de 1/4?; casi con seguridad, ambas salidas puedan ser utilizadas en forma simultánea, aunque para estar seguros se debería revisar el manual del dispositivo.
El esquema básico para nuestra situación necesita que conectemos las salidas estéreo de la interfaz de audio a un canal estéreo disponible en cualquier mezcladora. Luego, las salidas de la mezcladora se enviarán a los monitores ? en caso de disponer de monitores potenciados ?, o bien, a un amplificador que se encontrará conectado a los monitores pasivos.
Aunque monitorearemos la señal empleando auriculares/audífonos, esta forma de conexión facilita el monitoreo al trabajar en dos salas diferentes, una para grabar y otra para mezclar.
Luego, conectaremos el mic en el preamplificador, enviando una salida hacia la interfaz de audio (preferentemente la salida con formato XLR), y la otra salida hacia uno de los canales de la mezcladora.
Importante: este tipo de conexión demanda anular el monitoreo dentro del secuenciador utilizado ya que de otro modo estaríamos produciendo un ciclo de realimentación de la señal que se está grabando. Recordemos que la salida de la interfaz de audio se está enviando a la mezcladora.
Quienes no dispongan de un preamplificador para micrófonos con dos salidas, pueden adquirir una caja para dividir ? Splitter ? la señal de salida; de esa manera, un camino se enviará a la interfaz de audio, y el restante a la mezcladora.
Ahora con total libertad podemos ajustar el nivel de monitoreo moviendo los faders en la mezcladora. Para la persona que va a grabar, conectaremos los auriculares o audífonos en el lugar indicado de la mezcladora, y ajustaremos el balance entre la señal que llega desde el secuenciador ? enviada desde las salidas de la interfaz de audio ? y la entrada del micrófono. El operador puede monitorear desde la salida de auriculares ubicada en la interfaz de audio.
Como hemos utilizado las dos salidas del preamplificador, o bien, hemos dividido la señal con una caja splitter, disponemos de dos caminos independientes. El nivel de ganancia de entrada para el micrófono que alimentará la pista a grabar en el disco duro, se ajustará en la interfaz de audio, y el nivel para monitoreo se ajusta en la mezcladora. Es más, si se utiliza una mezcladora que cuente con efectos incorporados ? o una unidad de efectos independientes ? podemos aplicar efectos al canal de monitoreo del micrófono, para embellecer el sonido que escuchará el intérprete. Esto no afectará el sonido que se está grabando por el otro camino.
Una vez finalizada la grabación, procederemos a anular la entrada del micrófono a la entrada de la tarjeta de audio y al canal de monitoreo ? muteando/silenciando el preamplificador ? y escucharemos a través del habitual sistema de amplificación utilizado.
Situación 2
Aquellos que no dispongan de una interfaz de audio con preamplificadores; es decir, sólo cuentan con entradas genéricas o de nivel de línea, sabrán que la calidad de audio obtenida al conectar un instrumento o micrófono serio, en la entrada de la placa es ?deficiente?. La solución pasa por adquirir una caja directa en donde conectar los instrumentos; no obstante, más adelante veremos otra alternativa. Por otro lado, para obtener resultados decentes al grabar con micrófonos serios, se necesita un preamplificador.
Ahora bien, un preamplificador puede presentarse como un dispositivo dedicado externo, o bien, como parte de una mezcladora. Si en una consola o mezcladora vemos canales con entradas con conectores para micrófonos ? XLR ? quiere decir que la unidad cuenta con preamplificadores.
En esta situación, se conectará el micrófono en algunos de los canales, ajustando debidamente su ganancia de entrada, y se enviarán las salidas de línea de la mezcladora a las entradas de audio de la tarjeta instalada en la computadora. Esto mismo se aplica a la conexión de guitarras, bajos y teclados.
Como se aprecia, en este caso la mezcladora cumple el rol de adaptador de nivel de señal de micrófonos o instrumentos, para ingresar en la interfaz de audio con los niveles que ésta espera.
Importante: no enviar las salidas de la tarjeta de audio de regreso a la misma consola utilizada para conectar el mic o instrumento, ya que de esa manera estaríamos produciendo un ciclo de realimentación de la señal. En consecuencia, para monitorear el sonido que estamos grabando necesitaremos utilizar la conexión de auriculares que posee cualquier tarjeta de sonido. Lamentablemente, este esquema sólo le permite escuchar a una sola persona. Para extender las posibilidades habrá que recurrir a otro dispositivo que veremos en otro artículo.
Una vez finalizada la grabación, procederemos a anular el envío de señal a la entrada de la tarjeta de audio, y escucharemos a través del habitual sistema de amplificación utilizado.
Comentarios finales
Las dos situaciones mencionadas ilustran dos alternativas ampliamente difundidas en los estudios caseros. Por supuesto, cada caso puede ser extendido para mejorar las prestaciones; por ejemplo, incorporando un amplificador de auriculares, en el primer caso, utilizado para distribuir la señal a más de un intérprete; o también, agregando una segunda mezcladora, en el segundo caso, dedicada al monitoreo.
En otro artículo veremos otras alternativas para mejorar la manera de escuchar aquello que estamos grabando. Cuando el intérprete escucha bien, todo sale mejor.